Teorías del origen de la vida
- Primer hipótesis: Creacionismo
El creacionismo o creación especial,
proviene principalmente de las creencias religiosas, supone la existencia de un
Creador y postula que el universo, la tierra y la vida en la
tierra fueron creadas por él, en un solo acto o en actos sucesivos. Incluso puede
sostenerse esta posición aunque se demostrara que la vida se originó por el
proceso de evolución química y celular o también conocida como Teoría
materialista o naturalista.
- Segunda hipótesis: La generación espontánea
La teoría de la generación
espontánea, también conocida como autogénesis es una antigua teoría biológica
de abiogénesis que sostenía que podía surgir vida
compleja, animal y vegetal, de forma espontánea a partir de la materia
inerte. Para referirse a la "generación espontánea", también se
utiliza el término abiogénesis,
acuñado por Thomas Huxley en 1870, para ser usado
originalmente para referirse a esta teoría, en oposición al origen de la
generación por otros organismos vivos (biogénesis).
La generación espontánea antiguamente era una creencia
profundamente arraigada descrita ya por Aristóteles.
La observación superficial indicaba que surgían gusanos del fango, moscas de la
carne podrida, organismos de los lugares húmedos, etc. Así, la idea de que la
vida se estaba originando continuamente a partir de esos restos de materia
orgánica se estableció como lugar común en la ciencia. Hoy en día la comunidad
científica considera que esta teoría está plenamente refutada.
La autogénesis se sustentaba en procesos como la putrefacción.
Es así que de un trozo de carne podían generarse larvas de mosca. Precisamente,
esta premisa era como un fin de una observación superficial, ya que -según los
defensores de esta corriente- no era posible que, sin que ningún organismo
visible se acercara al trozo de carne aparecieran las larvas, a menos que sobre
ésta actuara un principio
vital generador de vida. El italiano Redi (1668) fue el primero en dudar de tal concepción y usó la
experimentación para justificar su duda. El experimento consistió en poner
carne en un tarro abierto y en otro cerrado también puso carne. Las cresas, que parecían
nidos de huevos de moscas, se formaron en el tarro abierto, cuya carne se había
descompuesto. El italiano dedujo que las cresas brotaban de los pequeñísimos
huevos de las moscas.
En 1765, otro italiano – Spallanzani
-, repitió el experimento de Redi, usando pan, un recipiente abierto y otro
herméticamente cerrado, con pan hervido. Solo brotaron cresas en el pan que
estuvo al aire libre. Entonces, como ha ocurrido muchas veces al avanzar la
ciencia, no faltaron incrédulos y alegaron que al hervir el pan, se había
destruido ¡un principio vital!
El francés Pasteur (1861) fue quien acabó con la teoría de la
generación espontánea. Ideó un recipiente con cuello de cisne, es decir,
doblado en forma de S. Puso en el
receptáculo pan y agua; hizo hervir el agua, y esperó. El líquido permaneció
estéril.
- Tercera hipótesis: El origen cosmico de la vida o panspermia
Según esta hipótesis, la vida se ha generado en el espacio exterior
y viaja de unos planetas a otros, y de unos sistemas solares a otros.
El filósofo griego Anaxágoras (siglo VI a.C.) fue el primero que
propuso un origen cósmico para la vida, pero fue a partir del siglo XIX cuando
esta hipótesis cobró auge, debido a los análisis realizados a los meteoritos,
que demostraban la existencia de materia orgánica, como hidrocarburos, ácidos
grasos, aminoácidos y ácidos nucleicos.
La hipótesis de la panspermia postula que la vida es llevada al
azar de planeta a planeta y de un sistema planetario a otro. Su máximo defensor
fue el químico sueco Svante Arrhenius (1859-1927), que afirmaba que la vida
provenía del espacio exterior en forma de esporas bacterianas que viajan por
todo el espacio impulsadas por la radiación de las estrellas. Dicha teoría se
apoya en el hecho de que las moléculas basadas en la química del carbono,
importantes en la composición de las formas de vida que conocemos, se pueden
encontrar en muchos lugares del universo. El astrofísico Fred Hoyle también
apoyó la idea de la panspermia por la comprobación de que ciertos organismos
terrestres, llamados extremófilos, son tremendamente resistentes a condiciones
adversas y que eventualmente pueden viajar por el espacio y colonizar otros
planetas. A la teoría de la
Panspermia también se la conoce con el nombre de ‘teoría de la Exogénesis’, aunque
para la comunidad científica ambas teorías no sean exactamente iguales.
La panspermia puede ser de 2 tipos: - Panspermia interestelar: Es el intercambio de formas de vida que se produce entre sistemas planetarios.
- Panspermia interplanetaria: Es el intercambio de formas de vida que se produce entre planetas pertenecientes al mismo sistema planetario.
La explicación más aceptada de esta teoría para explicar el origen
de la vida es que algún ser vivo primitivo (probablemente alguna bacteria)
viniera del planeta Marte (del cual se sospecha que tuvo seres vivos debido a
los rastros dejados por masas de agua en su superficie) y que tras impactar
algún meteorito en Marte, alguna de estas formas de vida quedó atrapada en
algún fragmento, y entonces se dirigió con él a la Tierra, lugar en el que
impactó. Tras el impacto dicha bacteria sobrevivió y logró adaptarse a las
condiciones ambientales y químicas de la Tierra primitiva, logrando reproducirse para de
esta manera perpetuar su especie. Con el paso del tiempo dichas formas de vida
fueron evolucionando hasta generar la biodiversidad existente en la actualidad.
- Cuarta
hipótesis: Teoría de la evolución química y celular o materialista o naturalista
Mantiene que la vida apareció, a partir de materia inerte, en un
momento en el que las condiciones de la tierra eran muy distintas a las
actuales y se divide en tres fases: Evolución química, Evolución prebiótica, Evolución
biológica.
Esta Teoría la propuso en 1924 el bioquímico ruso Alexander Oparin.
Se basaba en el conocimiento de las condiciones físico-químicas que reinaban en
la Tierra hace
3.000 a
4.000 millones de años. Oparin postuló que, gracias a la energía aportada
primordialmente por la radiación ultravioleta procedente del Sol y a las
descargas eléctricas de las constantes tormentas, las pequeñas moléculas de los
gases atmosféricos (H2O, CH4, NH3) dieron lugar a unas moléculas orgánicas
llamadas prebióticas. Estas moléculas, cada vez más complejas, eran aminoácidos
(elementos constituyentes de las proteínas) y ácidos nucleicos. Según Oparin,
estas primeras moléculas quedarían atrapadas en las charcas de aguas poco
profundas formadas en el litoral del océano primitivo. Al concentrarse,
continuaron evolucionando y diversificándose.
Esta hipótesis inspiró las experiencias realizadas a principios de
la década de 1950 por el estadounidense Stanley Miller, quien recreó en un
balón de vidrio la supuesta atmósfera terrestre de hace unos 4.000 millones de
años (es decir, una mezcla de CH4, NH3, H, H2S y vapor de agua). Sometió la
mezcla a descargas eléctricas de 60.000 V que simulaban tormentas. Después de
apenas una semana, Miller identificó en el balón varios compuestos orgánicos,
en particular diversos aminoácidos, urea, ácido acético, formol, ácido
cianhídrico (véase Cianuro
de hidrógeno) y hasta azúcares, lípidos y alcoholes, moléculas complejas
similares a aquellas cuya existencia había postulado Oparin.
En 1952, Miller hizo
circular agua, amoníaco, metano e hidrógeno a través de una descarga eléctrica
y obtuvo Glicina y Alamina, dos aminoácidos simples. Años después, Abelsohn,
hizo la misma experiencia, pero empleando moléculas que contenían átomos de
carbono, oxígeno y nitrógeno, y, en su experimento, Weyschaff, aplicó rayos
ultravioletas. Ambos obtuvieron los aminoácidos que forman las estructuras de
las proteínas.
Estas experiencias fueron retomadas por investigadores franceses
que demostraron en 1980 que el medio más favorable para la formación de tales
moléculas es una mezcla de metano, nitrógeno y vapor de agua.
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